¿Cómo cocinar MORCILLA DE VERANO?

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Todas las semanas podréis averiguar cómo se elaboran las más célebres recetas cocinadas en los fogones ciezanos

Crónicas de Siyâsa

Las cocinas ciezanas han hervido durante generaciones con nuestras recetas tradicionales. Muchos estómagos se han llenado con ingredientes de la tierra cocinados con maestría e ingenio por las manos de nuestros antepasados. Esta es morcilla de verano, un sano aperitivo que demuestra una vez más que saludable y sabroso no son términos incompatibles. Dentro de la gastronomía de la Huerta de Murcia se pueden encontrar multitud de platos elaborados con vegetales como protagonistas, pero la morcilla de verano es uno de los más originales. Este plato es siempre un grato manjar en la mesa. Una verdadera sorpresa para aquellos que aún no la han probado.

Ingredientes de morcilla de verano:

Dos berenjenas grandes

Tres cebollas

100 gramos de piñones

50 gramos de orégano

Un vasito de aceite para freír

Modo de elaboración

En primer lugar se deben preparar los ingredientes para cocinarlos. La berenjena se pela y se le quita la parte del rabo. A continuación se corta a taquitos, no debemos aguardar mucho tiempo antes de cocinarla pues se oxida rápidamente, adquiriendo un color negruzco.

La cebolla también se pela, pero se corta en juliana. La berenjena al ser cocinada tiende a absorber mucho aceite. Su carne es muy porosa y se empapa en exceso del líquido en el que se sumerja. Para evitar esto se pone la berenjena en sal y se presiona. Al presionarla se extrae aire y agua lo cual evitará que coja aceite en exceso.

Se sumergen los taquitos en una freidora hasta que queden doraditos por fuera. Con el aceite no demasiado caliente para que no queden crudos por dentro. Se retiran del fuego y se pone en una escurridera para quitar el exceso de aceite.

A fuego lento y con la sartén tapada, se pocha la cebolla. Tiene que quedar blandita, pero sin quemarse. Su aspecto será más el de la cebolla cocida. Una vez que tenemos listos todos los ingredientes, se juntan en una olla. A la berenjena y a la cebolla añadimos los piñones y, por último, el orégano. Se mezcla todo bien a fuego lento. El conjunto acaba teniendo el aspecto y la consistencia de un pisto.

Los ingredientes han acabado desmigajándose y formando una masa.

El color predominante es pardo, un poco más claro que el del relleno de la morcilla. El color lo aporta la berenjena que al freírse se oscurece.

 

 

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